Autora: Iela Mari
Editorial: Kalandraka
Desde las primeras páginas, carentes prácticamente de color, se va mostrando el ciclo de la naturaleza: la primavera con el fin del letargo de los animales, el verano con la recolección de los frutos, el otoño con la emigración de las aves a tierras más cálidas, y por fin el invierno... Página a página, el libro va ganando en intensidad cromática, hasta que se cierra el círculo estacionario.
La artista italiana ha conseguido crear un concepto de libro diferente, instructivo y la vez ameno, sin necesidad de ningún texto explicativo, ni literario ni informativo, solamente con ilustraciones figurativas y descriptivas.
La clave de todos los libros de esta autora e ilustradora se basan en la idea del “círculo sin fin”.
Durante todo el periodo en el que transcurre la acción, Iela Mari no varía el escenario, con el árbol como punto de referencia.
IELA MARI (Milán, 1932)
IELA MARI comenzó su aventura editorial en torno a 1958, con libros pensados para sus propios hijos. Su formación es autodidacta, aunque estudió diseño en la Academia de Brera (Milán). La preparación de cada libro siempre iba precedida de un intenso trabajo de documentación, fundamentalmente en bibliotecas. Decía la propia Iela Mari que sus obras no estaban pensadas “como libros educativos de historia natural, sino más bien como imágenes del nacimiento de la vida”.
Para Iela Mari es muy importante el detallismo con el que traza elementos tan sencillos como las hojas del árbol: “Primero hay que dibujar todos los detalles, y después añadir y añadir…”
LAS 4 ESTACIONES
Canciones "Las cuatro estaciones" de Antonio Vivaldi.
El tema de las estaciones tiene muchas posibilidades, por lo que hay muchas actividades que podemos hacer. Por eso os dejo una que me parece original.
Pegando alrededor de acetato (puede ser transparente o de colores) flores secas, dibujos de soles, hojas secas, algodón... según la estación que queramos trabajar, podemos conseguir un bonito efecto, bien para decorar, bien para que los peques hagan sus propias coronas...
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